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viernes, 18 de julio de 2014

La reciente experiencia vivida en el taller con Brigitte Champetier, conjuntamente de dejarme un excelente sabor de boca y un aprendizaje incomparable, me hizo poner primordial atención en su excelente manejo e interpretación del lenguaje corporal, tanto de ella misma, como del cliente, así como del auditorio en general. Pasando por lo sabio del silencio, lo oportuno de lo hablado y lo sincero de los movimientos.

La mayor parte de lo que percibimos de otras personas es trasmitido mediante la comunicación no verbal; de hecho, más de un 90% de los que percibimos es captado mediante este tipo de comunicación. De esta manera la comunicación no verbal o lenguaje no verbal se define como el proceso de comunicación mediante el envío y recepción de mensajes sin palabras, es decir, mediante indicios y signos.

Esto significa que aquellos que dan importancia y aprenden, no solamente a leer, sino que a aplicar la comunicación no verbal, y saben cuándo reconocerla, tienen más de un 90% de ventaja sobre los demás. Pero parece ser que nunca ponemos atención a este fenómeno tan importante y seguimos percibiendo lo que se nos dice únicamente mediante las palabras.

Realmente, saber leer y comprender este tipo de comunicación tiene muchos beneficios, ni que decir de su practicidad en  la interpretación de una constelación en curso. Quizás lo observado durante una constelación difiera un poco o gran parte con las teorías conocidas respecto a la interpretación del lenguaje corporal pero no está demás conocer y aprender de ellas para hacer de nuestro quehacer como terapeutas en constelaciones familiares un servicio más completo.

Así mismo conocer otras teorías al respecto, a mí en esta ocasión también me hizo reflexionar sobre lo planteado por el psicoanalista Wilhelm Riech, considerado por algunos como el padre de la psicología corporal, quien menciona que el ser humano es más que la palabra, el símbolo o la imagen, es todo ello sustentado en el cuerpo, la postura y el movimiento. Aproximarse integralmente a su complejidad implica no olvidarnos ni de lo obvio ni de lo oculto, de lo consciente y de lo inconsciente, de la causa y del objetivo.

Cuando un representante hace un movimiento está enviando una señal a tener muy en cuenta, que se debe interpretar y actuar en consecuencia. Es importante que, tras focalizar la atención en algo concreto, no se nos olvide volver la atención al conjunto, o mejor aún mantener la atención en todo el momento.

Se podría pensar que a nivel de alma el diccionario de “movimientos” no funciona matemáticamente. Sin embargo creo que, sí existe una constante en ellos, de lo contrario sería difícil facilitar la sanación.




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